Quemarse con el amor
No me seas zalamera
que a tu amor no me
resisto
y por dármelas de
listo
me cazaste a la
primera.
Tú eras solo una
quimera
yo con poco mundo
visto
de malicias
desprovisto
y tú ya eras una
fiera
yo un tímido
ratoncillo
entre tus garras de
gata
y era apenas un
chiquillo
Tu ardiente piel de
mulata
me deslumbró con su
brillo
encendiendo mi fogata.
Con el fuego nos
quemamos
de tanto como
jugamos,
dejamos de ser
chiquillos
y mucho más nos
amamos.
©
Eduardo González Cuartango
20/12/2012 12:55:00
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu opinión.